Vino Caballo Blanco

Reseña publicada en el periódico “La Razón” por Andrés Sánchez Magro

De vez en cuando apetece alejarse de las grandes zonas del vino para buscar esfuerzos insólitos y de fidelidad a la historia. La muy desconocida Almería, en concreto en el Levante de la provincia, existe una bodega llamada Sierra Almagrera que continúa una tradición de más de tres milenios que arranca de unas vides que los fenicios implantaron por esos pagos. Aunque ese recuerdo poético no empaña un tinto de mucha característica contemporánea, porque como ya vamos indagando los últimos tiempos en la descarada apuesta por la frescura y la fruta, es el santo y seña de este vino. Para ahormar algunos desajustes se recurre a dos años de madera buena francesa que puede ser tal vez el contrapunto redondo. Intensidad aromática especialmente para un paso de boca de mucho volumen, pero que bien merecería algo de afinamiento. Nos gustan sus sinuosos complejos aromáticos aromáticos y unos toques minerales que imagino se irán acentuando añada tras añada. En las Cuevas de Almanzora, con una altitud media, se expresa un vino calificado como de autor, que en este caso no es un ejercicio retórico.